Querido amig@,

Mi nombre es Cruz. Nací en Onda, un maravilloso pueblo dónde están mis raíces y dónde me crié junto a siete hermanos. Sólo escribir sobre esto me trae a la memoria muy buenos recuerdos.

Ahora vivo y me dedico al mundo de la estética en Castellón de la Plana, haciendo lo que más me apasiona y lo que mejor sé hacer: cuidar de la piel de mis clientes por dentro y por fuera.

 

Mi misión: Que te sientas a gusto en tu piel.

 

Cómo los problemas en mi piel me llevaron a descubrir mi pasión

Tuve una piel complicada desde mi adolescencia, primero se manifestó con granitos, para pasar posteriormente a ser un acné persistente que no conseguía dominar. Los productos que me recomendaban los profesionales, me resecaban la piel y me generaban un efecto “rebote”. Realmente nadie me informó de cómo debía cuidarme la piel, desconocía por completo la importancia de una higiene adecuada. Las limpiezas de cutis que me hacían eran insufribles, me irritaban más la piel y al día siguiente la sentía inflamada y con más granos.

¿Te puedes  imaginar? No quería ni salir de casa.

Estaba harta de gastarme dinero y desilusionada de probar de todo y de seguir teniendo granos.

El uso de productos no adecuados, la falta de higienes especializadas por manos expertas, la falta información y mi ansiedad de verme bonita, dejaron secuelas difíciles de tratar, que posteriormente me llevaron y se sumaron a otros problemas en  mi piel.

Cruz Sola

Con el tiempo, dominé temporalmente el acné mediante la píldora. Aunque en un principio parecía haber disminuido el problema,  aún no  había conseguido controlar los malditos granos. Desconocía que con el historial de mi piel y las secuelas que arrastraba debía de prevenir los siguientes problemas que surgirían.

Ahora ya no era los granos únicamente, también debía sumarle la sensibilidad (derivada de esos tratamientos inadecuados aplicados a mi piel) y las marcas.

Para colmo, las temibles manchas surgieron de forma sorprendente en mi rostro. El acné, no era nada comparado, con el labio “bigote” oscuro que tenía, y aunque no baso mi valor personal solo en el físico, emocionalmente me sentía muy mal.

Nadie me dijo que los anticonceptivos eran fotosensibilizantes.

Empecé probando todo tipo de cremas despigmentantes y pantallas protectoras. Creo que no hay ninguna marca que no haya probado.

 

El embarazo

Cuando quedé embarazada, se juntaba la felicidad y el deseo de ser madre, con lo fea que me veía.

Mi piel estaba hecha un mapa.

¡Vaya! me cuesta ver mis fotos……

¿Habéis visto asomarse una ligera mancha en vuestra piel?

Pues no os voy a pedir que os imaginéis todo el rostro.

De vuelta a empezar, acudí  a centros de belleza y dermatólogos. Me ofrecían los peelings químicos (útiles en algunos casos) para las manchas. Ahora sé que no tuvieron en cuenta otros factores a la hora de recomendarme los tratamientos. Dejaron mi piel fragilizada, menos resistente y expuesta a males mayores.

 

Tras el parto

Paralelamente a mi problema de manchas aparecieron algunos kilos de más. Para ser más exactos: 12 kilos.

Ya no estaba dispuesta a pasar otra vez por lo mismo e ir probando todo tipo de tratamientos.

Pensé, que estaba muy lejos de poseer una piel y un cuerpo con buen aspecto.

Pero… duró poco, pues me puse “manos a la obra…

 

Y el partido que le he sacado

 

Aunque pertenecía a un mundo profesional diferente, mi inquietud por descubrir  y solucionar mis problemas estéticos me impulsaban a investigar y recopilar toda la información que me parecía seria e importante sobre la piel y sus cuidados.

 

¿Cómo puede ser que con los avances que existen en todos los campos no hubiera laboratorios que realmente se dediquen a la investigación del funcionamiento y necesidades reales de las células de la piel? ¿Dónde están esos laboratorios?

 

Tenía que haber una manera fiable y responsable de cuidar la piel.

Comencé a investigar y me gustó tanto todo lo que iba descubriendo que decidí dejar mi trabajo como diseñadora para formarme  y especializarme en el cuidado de la piel.

Afortunadamente se cruzaron en mi camino laboratorios que se dedicaban  a investigar de forma seria distintos problemas en la piel. Tras un estudio de cada tratamiento fui probando cada uno y fue sorprendente como desaparecieron no solo las manchas, también los granos. Y con métodos de drenaje, una dieta mediterránea y unos cuantos trucos como masticar la comida y entender los mecanismos del hambre, conseguí perder esos kilos de más.

 

Mi entusiasmo y mi espectacular  cambio de aspecto, hizo que mis amigas, y vecinas  confiaran en mí y se pusieran en mis manos.

Gracias a mis primeras clientas, en especial mi gran amiga Chus, que fueron mis “conejillos de indias”, fui probando distintos laboratorios y tratando distintas alteraciones en la piel.

Asesorada por buenos profesionales en el campo de la cosmetología que creían en mi proyecto,  pude observar como con el cuidado diario y el tratamiento  adecuado, la piel evolucionaba: desaparecían distintas alteraciones, manchas, acné, sensibilidad, deshidratación etc… consiguiendo así ese equilibrio que la piel por sí misma es capaz de crear.

 

Descubrí que tanto el cuidado de la piel como el adelgazamiento responsable no son un milagro sino un proceso real. Aposté por los mejores laboratorios, realicé cursos con ellos, esmerándome mucho por averiguar todo lo que influye en la piel.

 

Mis inquietudes por buscar respuestas a todos los problemas que iban surgiendo en mi vida me ayudo a entender que cuerpo, mente y emociones son indivisibles, despertando en mí intereses como la programación neurolingüística, el coaching, meditación y el estudio de todo lo relacionado con el cuidado holístico que tiene en cuenta todos esos campos y su equilibrio.  Es por ello que disfruto ofreciendo ese cuidado global que tiene en cuenta todos esos factores tan importantes e imprescindibles para una vida sana y feliz.

 

Solá Institut es como un sueño para mí donde me entrego en cuerpo y alma para ofrecerte

todo ese cuidado global que personas como tu puedan necesitar.

Hoy puedo afirmar que todos tenemos la capacidad de mantener un cuerpo y una piel sana y bonita, que cada uno de nosotros somos únicos y merecedores de disfrutar de un ritual de cuidado que nos recuerde que lo único importante es mantener el equilibrio global de la salud física, mental y emocional, nuestra  belleza exterior e interior.

Y como no ¡una sonrisa!

Comentario final

Me complace compartir mis conocimientos contigo.

¡Me encanta y disfruto! colaborando e intercambiando opiniones con especialistas y aficionados que se dedican al cuidado, el bienestar y la belleza tanto del campo físico, mental  como emocional.

 

Un abrazo sincero,

Cruz Solá

Directora de Solá Institut

Esta es mi experiencia. Espero que en vuestros intentos para solucionar vuestros problemas estéticos también hayáis logrado resultados geniales o en caso de que estéis empezando, os sirva mi experiencia. De todas maneras, me alegrará saber de vuestras experiencias y poder compartirlas y puedan ayudar a otras personas.